jueves, 10 de abril de 2008

Señores saquen su agenda

Los que se sientan en las esquinas apenas leen la oración subordinada en función de complemento directo que aparece entre molestos brillos y recientes marcas de borrador. Nadie hace nada para que dejen de existir, simplemente forman parte de ella, culpable por ser verde y aburrida, y monótona, la única que veo cada día del mismo modo y todavía no había culpado.

Los que están al lado la ventana, tienen derecho a entretenerse unos pocos minutos viendo simplemente una abeja perfilar alguna nube a lo lejos... para luego formular ésas preguntas tan típicas de situaciones parecidas: ¿Qué hay más allá de las montañas cubiertas de polvo y murmurios de sed?. La vía del tren se difumina entre el amargo olor a tierra ansiosa de tardíos días de lluvia, los árboles elegantes y como les corresponde, muestran su timidez al no querer moverse demasiado hasta que un viento mal educado les hace bailar perdiendo la compostura. Los pájaros participan en este baile de modo que en la más alta rama descansan a veces para contemplar aquello donde no pueden llegar. En algunos días grises, todo se vuelve del mismo color y entonces se puede percibir la oscuridad que alumbra calles marchitas mientras los transeúntes se escoden bajo su paraguas.

¿Qué estará pasando en ese mismo instante en cualquier otro lugar? ¿Qué estarán haciendo aquellas personas que conoceré más adelante, y aquellas que nunca conoceré, qué hora será en algún país lejano que algún día visitaré?
Puedo sentir que hay miles de historias contándose en el mismo segundo que parpadeo, que nace una nueva vida en ese preciso momento o por el contrario una pérdida deja paso al ciclo vital. Cada uno se preocupa por vivir su vida... sin embargo es curioso porque una cierta melancolía hacia lo desconocido te invade entonces, y un sentimiento de tristeza te recurre el cuerpo recordándote lo minúsculo que representas para este mundo.

Entonces, zaz, das un pequeña sacudida a tu cabeza y vuelves a la sintaxis, después oirás: señores saquen la agenda, por lo que apuntaras algunos ejercicios que tal vez no te apetecerá hacer más tarde.







"El arte de la música es el que más cercano se halla de las lágrimas y los recuerdos."
Oscar Wilde


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